Un reto de todos y todas: ayúdanos a frenarlo
La trata de personas es un fenómeno complejo causado por múltiples factores que la mantienen y legitiman socialmente. Desde un entramado social dominado por una cultura machista, las redes organizadas que se lucran a costa de la mercantilización de mujeres y niñas mayoritariamente. El auge del turismo sexual, la falta de oportunidades en los contextos de origen, la discriminación y la exclusión social de las jóvenes más empobrecidas, permiten y legitiman este fenómeno que se nutre de la cosificación de los cuerpos de las mujeres. Así es como se permite y se legitima este fenómeno, tolerado por parte de los poderes dominantes, sin que los Estados cuenten con herramientas para frenar eficazmente esta problemática.
Según el informe Global sobre la Trata de Personas 2020 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el número de niños y niñas víctimas de trata se ha triplicado en los últimos 15 años, y el porcentaje de niños se ha multiplicado por cinco. En 2018, 148 países denunciaron alrededor de 50.000 víctimas de trata de personas, aunque se considera que el número real de víctimas es mayor, entre otras cosas, porque es probable que la recesión inducida por el COVID-19 haya puesto a más personas en riesgo, como son las personas migrantes y las personas sin trabajo. Especialmente en menores, la revisión de informes y literatura sobre la trata con fines de explotación sexual indica que es un fenómeno todavía más invisibilizado y que entraña más dificultades de detección, con lo que las cifras se estiman aún mayores en ellos.
Desde hace años, instituciones mundiales y europeas, así como gobiernos nacionales y regionales, aúnan sus esfuerzos en contra de la trata de personas. Pero la lucha para erradicarla es un proceso arduo y complicado así como un reto que requiere de la acción conjunta y el compromiso de todos los sectores institucionales implicados, así como de la propia ciudadanía.
Los datos
La explotación sexual es el principal tipo de explotación en mujeres y niñas, mientras que los trabajos forzados es el principal en hombres y niños. Europa Occidental y Central es la zona del mundo donde más víctimas hay procedentes de Asia Oriental y África Subsahariana, regiones estas últimas dónde más víctimas de trata se han encontrado en el exterior de sus fronteras.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en su «Reporte Global sobre la Trata de Personas» recoge datos de 152 países -un 94% de la población mundial-, exponiendo el panorama mundial de las tendencias y corrientes más recientes de la trata de seres humanos.
La trata con fines de explotación sexual sigue siendo la forma más extendida, un 50% del total, seguida de la trata con fines de trabajo forzoso, un 38%, y otras formas un 12%. En el año 2018 se detectaron más de 49.000 víctimas. De ellas el 48% mujeres, 19% niñas, 20% hombres y 15% niños. Como resultado, el 65% del total de detecciones correspondieron a mujeres y niñas, un claro ejemplo de la dimensión de género del fenómeno.
En dicho informe queda recogido el deterioro socioeconómico causado por la pandemia del COVID-19, reflejo del incremento de los casos de trabajo forzado en el mundo y del uso del internet para captar víctimas y también para explotarlas.
En España, según el balance estadístico 2016-2020 del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio del Interior, en 2019 hubo un total de 294 víctimas de trata con fines de explotación sexual, 289 personas adultas y 5 menores de edad. De ellas, 60 fueron identificadas en Cataluña, 55 en Andalucía, 50 en la Región de Murcia, 19 en Galicia, 17 en Madrid y 14 en las Islas Baleares.
Andalucía acoge, por vía marítima, al 91,6% del total de personas migrantes que llegan a España. Según el Informe Derechos Humanos en la Frontera Sur 2020 de la asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, 33.261 personas migrantes entraron en Andalucía por la Frontera Sur en el año 2019. Así, la identificación temprana de las mujeres migrantes víctimas de la trata de personas es imprescindible para que se reconozca su condición como tal, y poder prestarles la asistencia y protección debida.
Contra la trata
Inserta Andalucía, entidad que leva más de 10 años luchando por la inclusión social de menores, jóvenes y familias en Andalucía, ha puesto en marcha este proyecto con la colaboración expresa de personas pertenecientes a la Universidad de Baleares y la Universidad Pablo de Olavide.
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Este programa, iniciado en el año 2020, está financiado por la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias de la Consejería de Presidencia, Administración Pública e interior de la Junta de Andalucía.